Viaje Épico Hacia la Nada capitaneado por Love Of Lesbian

El décimo disco de Love of Lesbian ya está en nuestras manos. La portada, que está diseñada por Javier Jaén, simula el salto a una piscina vacía que es lo que siente la banda ante este disco.

Doce canciones, grabados en la Casamurada bajo la producción de Ricky Falkner y Santos & Fluren, que Santi Balmes, Julián Saldarriaga, Jordi Roig y Oriol Bonet tenían preparadas para ser lanzadas mucho antes pero a causa de la pandemia tuvieron que dejar guardadas hasta ahora.

Una pandemia que nunca olvidarán tras su directo del pasado 27 de marzo en el Palau Sant Jordi, un concierto piloto con 5000 personas y sin distancia de seguridad, que aunque con todos los protocolos, parecía casi un concierto de los de antes. Un paso al frente que el grupo barcelonés dio para defender la cultura e intentar que pueda ir volviendo esa normalidad a todos los eventos culturales.

V.E.H.N. da el pistoletazo de salida con el tema que da título al disco Viaje épico hacia la nada, un álbum que, claramente, es mucho más introspectivo que el anterior. En segundo lugar, Crisálida, esa canción que parece que esté hablando de una especie de confinamiento y eso que está escrita antes de que todo pasara.

Una de mis favoritas es Sesenta memorias perdidas con un estilo muy LOL, hablando de sentimientos y nostalgia. Con algún verso como “Deja la cabeza y hazle caso a tu corazón pero que hacer cuando tu corazón está fatal de la puta cabeza”. Una explosión que acompañada de la voz inconfundible de Santi Balmes hace que la canción te atraviese por dentro.

Así llegamos a Eterna Revolución una canción sobre la liberación, con esa con la que no pararías de bailar durante todo el día. 

Cosmos fue el primer adelanto de este disco, que nos recuerda que todos estamos hechos del mismo polvo estelar aunque a veces seamos algo anti sistemas solares, una canción que habla sobre todo el cosmos que podemos encerrar dentro de nosotros.

Viento de oeste es la siguiente en el disco, en la que algunos de sus sonidos me recuerdan a ciertas canciones del álbum “Poeta Halley”, para continuar con Escuela de danza aérea, con una letra preciosa, que te remueve por dentro y de la que creo que será uno de los hits de este disco.

Los irrompibles fue el último adelanto, 48 horas antes de publicar V.E.H.N.. Una crítica a lo apagados y desconectados que estamos de nuestro mundo y lo conectados que estamos con el sofá, y es que aunque, a veces, estemos acompañados llegamos a sentirnos solos por nuestra propia desconexión.

La primera de las dos colaboraciones llega con El Columpio Asesino que los acompañan para cantar Catalunya Bondage, en la que se dicen cosas como “Ahí va un rehén electoral. Abuelas sediciosas comen un croissant en mi dolça terra bondage.”. Nueva canción protesta con la que te apetece cantar y bailar a todo trapo.

La otra colaboración con la que cuenta el disco llevaba muchos años gestionándose pero por cuestiones de agenda se había complicado. Hasta ahora, momento en el que Enrique Bunbury aparece en una de las mejores canciones del disco, El Sur, uniendo su voz a la de Balmes, cumpliendo también un sueño para la banda.

El mundo es el tema que más en bucle estoy escuchando hasta ahora, una canción con la que dejan un poco de lado el colorismo del disco anterior, para, tal y como representan en videoclip del propio tema, hacer una mirada hacia afuera del mundo.

Y para cerrar el disco El paso que trata sobre los pasos que podemos dar en la vida y la relevancia que pueden tener estos, pero suena a calma y a cierre y fin de disco.

Ojalá poder ver y estar en muchos conciertos de la banda, que por cierto empiezan la gira el próximo 1 de mayo en Valencia para seguir rodando por todo el país.